Los protagonistas



Lo sucedido al pesquero Fausto es un misterio que a día de hoy, tras tantos años después de su desaparición, sigue sin resolverse las causas de la tragedia. Nada hacía presagiar que aquel día, 21 de Julio del año 1968, el motopesquero pasaría desde entonces a convertirse en uno de los mayores enigmas españoles.

Ramón, Eliberto y Miguel, marineros del Fausto
Cortesía de Luis Miguel Martín Lorenzo.
(www.historiadetazacorte.blogspot.com)

Todo el archipiélago quedó conmocionado tras la desaparición del pesquero en su viaje de regreso, desde la isla de El Hierro hasta La Palma, en unas condiciones inmejorables que contribuyen a que sea aún más inexplicable el desenlace de la historia. La tripulación del barco de pesca "Fausto", contaban con amplia experiencia en la vida en la mar, por tradición familiar incluso, ya que eran hijos del gremio. Pasaron a convertirse en protagonistas de esta tragedia, de la que también fueron partícipes y con mucho dolor sus familiares, a los que rendimos un profundo y sincero homenaje.

    Julio García Pino, de 27 años de edad en el momento de la tragedia y mecánico de profesión, casado y con dos hijos, fue el único pasajero del Fausto, ya que no era tripulante del mismo. Se sumó a la expedición del pesquero  en el embarcadero de "Las Puntas" al norte de la isla de El Hierro. Tras pedirles el favor a la tripulación de embarcarse con ellos en su regreso a La Palma y con el propósito de llegar antes a casa, para poder estar junto a su familia en unos momentos difíciles por razón de enfermedad, zarpó con el resto para no volver. Paradójicamente se hizo célebre porque en la última vez que un barco tuvo contacto con el Fausto, se encontró un diario manuscrito por él que resultaría ser pieza y foco principal del misterio en toda esta historia; y en el que supuestamente relataba todo lo sucedido... ¿Qué ponía aquel diario? 


  Ramón Concepción Hernández, de 47 años, patrón del barco motopesquero Fausto, esposo y padre de 6 hijos en el momento de la desaparición. Era el de mayor edad y a su vez, hermano y primo de dos de los embarcados. Padre de familia numerosa y marinero experimentado tras toda una vida dedicada a la mar, conocía a la perfección el rumbo a seguir en un viaje que había realizado en más de una ocasión, pero que resultó ser el último. No se volvió a saber nada más de él tras la inexplicable desaparición del pesquero que comandaba.

   Viterbo Acosta Acosta, quién en el momento del suceso tenía 41 años de edad. Marinero a bordo del Fausto junto con sus compañeros, aunque decide quedarse en tierra en el segundo y último viaje entre las islas de La Palma y El Hierro. 
La proximidad de las fiestas de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, hizo que Viterbo no zarpara con el resto y participara en las preparaciones festivas en el puerto de Tazacorte. Tras la desaparición de la trainera de pesca, pasa a ser el portavoz de las familias y personas afectadas por el suceso. La suerte de su última decisión quiso que no formara parte del grupo de desaparecidos.


   Eliberto Concepción Hernández, de 42 años de edad, oriundo de La Palma, es el motorista del barco. Hermano y compañero de embarcación del patrón Ramón Concepción y primo de Miguel Acosta Hernández. Padre de familia con cinco hijos a su cargo. Experimentado marinero de profesión, con amplios conocimientos de mecánica náutica del que no se volvió a saber nada tras zarpar desde El Hierro en dirección a La Palma, donde le esperaban de vuelta toda su familia.



   Miguel Acosta Hernández, marinero del Fausto, 43 años de edad en el momento de su desaparición y primo hermano del patrón y motorista del pesquero, Ramón y Eliberto Concepción respectivamente. Su hijo más pequeño apenas tenía siete meses aquél fatídico día en que el motopesquero no volvió al puerto de La Palma. Deja tras de sí y junto a sus familiares y compañeros de profesión, una serie de preguntas cuyas respuestas parece haberse tragado la mar, junto con el barco en el que viajaban.